San Pedro Sula, 4 de diciembre. Los damnificados que permanecen en el albergue de casas portátiles donadas por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en San Pedro Sula agradecieron hoy la ayuda que el Gobierno les brinda a través de la Operación No Están Solos.
Esta ayuda que impulsa el presidente Juan Orlando Hernández les garantiza comida caliente, energía eléctrica, agua potable y brigadas médicas para controlar enfermedades de base y posibles brotes epidémicos.
La población actual del albergue es de 22 familias, procedentes de municipios aledaños a San Pedro Sula, donde los ríos Ulúa y Chamelecón arrasaron poblados enteros, dejando a la mayoría de estos ciudadanos en la calle y sin un lugar habitable a donde retornar.
Entre ellos se encuentra Dilma Granados, de 42 años, pobladora del sector de Chamelecón, una de las comunidades más afectadas por dicho río, donde prácticamente a los vecinos les tocó salir corriendo por la llegada repentina de las inundaciones.
«A todas las personas encargadas, gracias, porque tenemos estas casitas, con energía, agua purificada, ventilador y camitas para dormir», indicó Granados.
«Cuando yo salí de Chamelecón, el agua me llegaba al cuello, y doy gracias a Dios porque mucha gente no pudo salir y solo me tocó verlos y escucharlos, cómo la corriente se los llevaba, porque mucha gente murió ahogada», expresó Granados, con la voz entrecortada y lágrimas.
«Estamos cómodos»
Claudia Figueroa (24) indicó que «en estas casitas llevamos como dos semanas y estamos muy cómodos».
«Aquí tenemos baños, duchas, y áreas de lavado para nuestra ropa y los médicos han venido a darnos charlas psicológicas», afirmó Figueroa.
Indicó que «estamos muy agradecidos porque este es un ambiente seguro» y que también agradecen a Dios porque tienen un techo y alimento diario que no les falta a sus hijos.
«Estamos bien»
Doris Suyapa Reyes (65), pobladora de Nuevo San Juan, La Lima (Cortés), enfatizó que la han tratado «perfectamente bien; nos dan los alimentos tres veces al día y las casitas que nos han asignado son muy bonitas».
«Yo nunca pensé que íbamos a estar en esta casita tan bonita y ojalá que el señor presidente nos la regalara porque son lindas y a mí me gustan mucho» dijo la albergada.
«Yo le agradezco al presidente porque nos encontramos bien; yo nunca pensé que iba a estar en un lugar tan lindo y con todo lo que nos están dando», puntualizó Reyes.
No falta nada
Dentro de su casita y con sus espacios bien organizados, Jenny Murillo (41) se mostró muy agradecida porque el personal del albergue desde el primer día ha sido muy atento con ella y sus hijos.
«Aquí no nos falta la comida; nos dan papel higiénico, jabón, mascarillas, gel de mano y todo lo necesario para estar bien», dijo Murillo, mientras limpiaba el piso de su espacio con desinfectante.