Potrerillos (Cortés), 21 de diciembre. «No estamos solos y lo estamos viendo con esta ayuda», expresó este lunes al recibir su paquete de asistencia humanitaria del Gobierno el emprendedor Carlos Valdez, quien junto a su esposa se dedicaban a la venta de tajadas y refrescos en el barrio Morazán, de Potrerillos, pero el río Blanco les inundó la casa hasta el techo hace varias semanas durante el paso de las tormentas Eta y Iota.
La entrega de los primeros paquetes de ayuda humanitaria se efectuó este lunes en el barrio Morazán de Potrerillos, uno de los más afectados en el municipio por las inundaciones provocadas por las tormentas, por su cercanía con el río Blanco.
«Esta es una ayuda real, la estamos recibiendo y sin importar color, religión y otras cosas», dijo Valdez, con una sonrisa de satisfacción al ver cómo dos miembros del Ejército metían dos colchones de una cama matrimonial por el portón de su casa de esquina.
«Lo que el presidente Hernández prometió, lo está cumpliendo», dijo Valdez, quien también recibió un filtro de agua, un kit de aseo y otro para niños, dentro del paquete humanitario que el Gobierno comenzó a entregar a hoy a los hondureños afectados por las tormentas tropicales Iota y Eta.
Valdez, con una amplia sonrisa, remarcó: «No estamos solos y lo estamos viendo con esta ayuda».
Palabra cumplida
Wilmer Orlando Navarro, vecino de Valdez, de la mano de su esposa y una hija expresó su agradecimiento porque «habíamos perdido todo y estábamos pensando con mi esposa cómo íbamos a hacer para comprar lo que nos faltaba».
Durante el acto de entrega simbólica, el presidente Juan Orlando Hernández le solicitó a Navarro que probara la calidad de las camas, pidiéndole que se sentara en una de ellas, y éste muy emocionado expuso: «No creímos que íbamos a recibir este tipo de ayuda , en toda mi vida nunca había visto este tipo de ayudas, esto es algo que agradecemos mucho «.
Navarro aseguró que «la gente habla muchas cosas, y si en algún momento dudamos, hoy tenemos que reconocer que esta ayuda es un gran informe para los que perdimos todo».
«El presidente Hernández cumplió al traer los paquetes de ayuda que había prometido, cumplió su palabra», afirmó Valdez.
Estaba durmiendo en el suelo
Eneyda Gissela Jiménez, también habitante del barrio Morazán, de Potrerillos, relató que estaban durmiendo «en el suelo; las niñas en el colchón grande y nosotros en uno pequeño. Por eso tenemos la casa en desorden».
Con voz baja y una mirada repleta de esperanza, expresó que «esta ayuda la recibimos con mucho agradecimiento, porque habíamos perdido muchas cosas y esto viene a ser un gran ahorro para la familia».
Sonia Pineda Machado, otra vecina del barrio Morazán, aún con muchas cosas por ordenar en la sala de su hogar, agradeció porque «esta ayuda solo viene de Dios y del presidente Hernández».
«Perdí toda la cocina, y estamos reparando ahora, por eso tenemos muchas cosas en la sala», dijo, y agregó que «lo que recibimos es algo que no esperábamos y que nos llena de mucha alegría».
En el barrio Morazán, la historia fue la misma, una y otra vez. Casa por casa, Osman David Sánchez, Irma Leticia Torres, Julio César Villanueva, Alba Ondina Oliva, y otros beneficiarios no podían creer que estaban recibiendo los paquetes de ayuda humanitaria consistente en camas, filtros de agua, estufas de gas y utensilios de cocina, entre otros enseres, como parte de la Operación No Están Solos, que busca favorecer a los afectados por las tormentas.
La Operación No Están Solos invertirá 960 millones de lempiras en paquetes de ayuda humanitaria para más de 60.000 familias que resultaron damnificadas.