Han sido quince años fuertes desde aquella madrugada de domingo, cuando en 2009 un contingente militar se abrió paso a tiros en la residencia del Presidente José Manuel «Mel» Zelaya Rosales y lo removió del poder por la fuerza de las armas. Fue un ejercicio brutal de cobardía, una traición a la patria y una flagrante violación a la vida democrática de Honduras. Aquél Golpe de Estado había sido perpetrado la víspera de la consulta popular que con sano juicio de gobernante proponía Zelaya, aunque en contra de la voluntad de un grupo de fuerzas oscuras que protegían una oligarquía débil e ignorante para beneficio propio y de una clase política que rápidamente se acomodó en la ilegalidad.
Las consecuencias fueron nefastas. Caravanas de migrantes, violencia, descuido, y el abandono total de un aparato estatal que giró hacia propósitos que hoy convierten a esta etapa en vergüenza histórica para un país que hoy se levanta de la mano de la primera mujer presidenta de Honduras.
«Vox Populi, Vox Dei», había sido una frase que solía repetir Xiomara Castro Sarmiento de Zelaya, gobernante cuyo gabinete hoy cuenta con mujeres fuertes y capaces, como la Dra. Sarahi Cerna, Ministra de Trabajo, entre muchas otras que demuestran el poder que tiene la mirada femenina en los destinos de un país. Aquel nefasto 28 de junio, doña Xiomara se refugió con sus hijos en casa de amigos unas horas antes de emprender una lucha desde la calles que se prolongó por más de una década.
Mientras tanto, Honduras caía en manos de un grupo de compatriotas que se dedicó sistemáticamente a lucrarse a costillas de un pueblo indignado, que tomó conciencia de la importancia de apoyar las causas de las grandes mayorías. Los gobernantes que sucedieron a Zelaya Rosales y algunos de sus familiares ciertamente han protagonizado el capítulo más oscuro de la historia de nuestro país.
Violencia, narcotráfico, latrocinio, injusticias de toda índole marcarían los siguiente doce años, ciertamente más de una década perdida para esta «hermosa tierra, vuelo de gaviota herida» como cantara el artista Guillermo Anderson, fallecido en 2016. En 2020, de hecho, el mundo entero se detuvo con la pandemia, concediendo al Planeta entero e incluso a las y los Hondureños el chance de reflexionar acerca del rumbo que llevaba Honduras, empobrecida y asaltada además por las fuerzas de la naturaleza.
Las elecciones de 2021 marcaron un hito en muchos sentidos para Honduras. Con la contundencia del triunfo de Xiomara Castro, y la fuerza del Partido Libertad y Refundación, comienza una nueva era para Honduras, país que tiene una deuda enorme no solo con las poblaciones más vulnerables sino con las mujeres de esta hermosa patria centroamericana.
El camino comienza. No será fácil, pero con inteligencia y apoyo la refundación seguirá su curso. Paciencia, constancia, y visión patriótica para transformar a Honduras en la patria fuerte y hermosa con la que todos y todas soñamos. Pero cada 28 de junio debemos repetirnos una y otra vez: ¡Golpes de Estado nunca más! ¡Prohibido olvidar, que somos resistencia!